Los flotadores no son tan seguros como parecen
Aunque a los niños les encantan los flotadores, estos no son tan seguros como parecen y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no recomiendan su uso en la piscina. Es un fuerte mensaje que debería llamarle la atención.
“Mira cómo mantienen a los niños encima del agua. ¡Los flotadores deben de ser seguros!”.
No, los flotadores no son seguros. Ninguna organización los reconoce como un dispositivo seguro de flotación personal. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) reportan que aproximadamente 10 personas se ahogan cada día y que una de cada cinco personas que mueren a causa de ahogamiento es menor de 14 años de edad. Además, por cada niño que muere debido al ahogamiento, cinco otros requieren de atención por parte de los servicios de urgencias. Por estas razones, CDC recomienda que los padres eviten el uso de flotadores de mangas en la piscina. He aquí el porqué:
Los flotadores no mantienen seguros a sus hijos
Los flotadores, especialmente aquellos que se usen en los brazos, que se les llaman también flotadores de mangas, lo único que hacen es brindarles, tanto a los padres como a los niños, una falsa sensación de seguridad. Puede que los padres se sientan tentados a prestarles menos atención a sus hijos a causa de estos flotadores, pero estos son fáciles de retirar y no son resistentes en absoluto a la perforación, como lo son los dispositivos aprobados de flotación personal.
Los niños que no saben nadar, llegan a tener una falsa confianza estando en el agua. Además, resulta demasiado fácil para el niño retirar el flotador de manga, o este, puede deslizarse de su brazo facilmente, especialmente si el niño usa un protector solar en los brazos. Esta falsa sensación de seguridad, junto con la posibilidad de que los flotadores se retiren, puede ocasionar un riesgo más elevado de ahogarse.
Envían las señales equivocadas
Mientras los niños mantienen su equilibrio en el agua, los flotadores los orientan en posición vertical. Como resultado, los niños tienden a utilizar solamente los brazos para impulsarse por el agua, en vez de adoptar la posición correcta, que es paralela al agua, para nadar. Esta posición paralela es esencial para que los niños aprendan a desarrollar la habilidad de flotar, la respiración y el control del equilibrio del tronco que se necesitan para nadar con confianza.
Aprender a equilibrarse con flotadores no es nada parecido a aprender a nadar. Los niños que llegan a depender de los flotadores no cuentan con respaldo alguno si algo sale mal.
Los flotadores también dificultan que los niños se impulsen en la piscina porque les fuerzan los brazos en posiciones opuestas a los movimientos de la natación. Los flotadores también impiden que los niños se den la vuelta, poniéndose boca arriba, si por alguna razón se encuentran boca abajo en el agua.
Son un sustituto inadecuado y peligroso
Los padres se sienten más a gusto cuando los niños que no saben nadar, usan los flotadores en la piscina. A los niños les encanta usar los flotadores porque estos los hacen sentirse independientes. Pueden lanzarse en el agua profunda y los flotadores los impulsarán directamente a la superficie.
Al lanzarse en el agua profunda sin flotadores, no se levantarán automáticamente. Pero los flotadores dan la impresión de que así será. En cambio, lo que los niños deben aprender es cómo nadar. La instrucción les enseñará la posición correcta para nadar y la manera de darse la vuelta para flotar boca arriba.
Los flotadores no son mecanismos de seguridad
Es gozoso ver a los niños superar su miedo al agua, pero los flotadores transmiten una confianza potencialmente letal. El camino más seguro es transmitir la forma de confianza que surge de aprender a nadar y de las prácticas seguras en el agua. Si es necesario usar un flotador, asegurese que sea una chaqueta aprobada por los guardacostas de Estados Unidos. La etiqueta dirá: US Coast Guard Approved.
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